Más de un centenar de personas acudieron el pasado sábado, en la Casa de la Cultura de Águilas, a la charla coloquio organizada por la asociación ecologista aguileña AMACOPE bajo el título "La protección del Mar Menor y del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre".
Fueron ponentes la profesora Teresa Vicenta Giménez, Premio Goldman 2024 (considerado el premio Nobel de Medio Ambiente), promotora del reconocimiento de la Personalidad Jurídica del Mar Menor; y el abogado ambientalista Eduardo Salazar Ortuño, colaborador de Greenpeace y de otros colectivos como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -UICN- y Environmental Law Alliance Worldwide ELAW.
Durante su intervención, Salazar se refirió al hito histórico medioambiental de conseguir la personalidad jurídica para el Mar Menor, "gracias al empeño de esa gran luchadora que es Teresa", así como a las fórmulas para lograr que la Administración Regional apruebe el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, "una ley que lleva 32 años de retraso y que resulta imprescindible para la protección efectiva de este espacio natural", según se señaló durante al acto. "Hemos de impedir que el parque se vea mermado y resulte amenazado por roturaciones agrícolas, instalaciones de camping y vertidos de residuos plásticos, habiéndose convertido ya en el punto más contaminado por plásticos de la costa murciana", señaló Paco de Haro, miembro de AMACOPE y conductor del acto.
La profesora Vicente aseguró que "es necesario educar en temas ambientales a toda la sociedad, no solo a los niños sino también a los adultos, y necesitamos que sobre todo los políticos y los empresarios se formen en cultura medioambiental, porque nos jugamos el futuro de mundo actual". Dejó claro también que "estamos en la era del Antropoceno y ahora es el momento para llevar a cabo grandes cambios, teniendo en cuenta que el derecho ambiental es insuficiente para la protección de un ecosistema. El cambio debe venir de la justicia ecológica y el motor de ese cambio debe ser la sociedad. ¿Qué le dejamos al futuro si no cambiamos el presente?", fue una de las preguntas que planteó y sobre la que se debatió durante el coloquio celebrado a continuación, donde uno de los asistentes llamó la atención sobre "cuántos políticos, empresarios o representantes de grandes compañías agrícolas han acudido hoy a esta charla", aludiendo a que brillaban por su ausencia.