La empresa concesionaria del servicio de limpieza ha iniciado, a petición del Ayuntamiento de la localidad, una campaña dirigida a los propietarios de mascotas encaminada a que se hagan responsables de los orines y excrementos de sus animales de compañía. Para facilitar esta misión, a la entrega de bolsas que ya se realizaba se ha sumado el reparto de más de 1.000 botellines con el objetivo de que estos se rellenen con una mezcla a partes iguales de agua y vinagre impidiendo de esta manera la aparición de manchas que las micciones de los perros causan en las esquinas, fachadas y mobiliario público.

Isabel Fernández, edil de Empresas Prestadoras de Servicios, ha destacado que "la orina tiene un efecto altamente corrosivo sobre el mobiliario urbano y esta medida servirá no sólo para evitarlo, sino que también ayudará a evitar que otros perros vuelvan a miccionar en el mismo lugar". La botella, por su tamaño, está pensada para llevarla siempre encima "incentivando una actitud responsable y cívica cuando se pasean a las mascotas".

Esta campaña supone un complemento a la aplicación, que desde hace unos meses se está llevando a cabo por parte de los servicios de limpieza, de un producto que repele la orina de perros y gatos. El producto, que es totalmente inocuo para los canes y no contiene ninguna sustancia que pueda perjudicarlos, se aplica mediante pulverización directa en las zonas afectadas y de forma inmediata sus propiedades aromáticas inciden en los animales eliminando los hábitos adquiridos de orinar en lugares indeseados, ha recordado Fernández- al tiempo que ha insistido en que el uso de azufre por parte de los vecinos es una práctica prohibida y penalizada por los peligros que conlleva.