A.V.A. entrega al Museo de Águilas un ánfora de la época imperial romana

“A mí me la regaló una persona que es teniente de alcalde del Ayuntamiento”, asegura el dueño de la pieza arqueológica

Un ánfora de la época imperial romana, datada aproximadamente entre el siglo I antes de Cristo y el I después de Cristo, y que estaba en poder de un vecino, ha sido recuperada para el patrimonio público y donada al Museo Arqueológico de Águilas por la Agrupación Vecinal Aguileña AVA-Foro Ciudadano de Águilas, dentro de su campaña “Buscando ánforas” que pretende concienciar a la opinión pública de la necesidad de proteger el patrimonio cultural aguileño y de que entidades o particulares cedan a la Administración los objetos de interés histórico, cultural o arqueológico que posean, tal y como dispone la legislación vigente.

En dicho acto, que se celebró en las dependencias municipales, el ánfora romana quedó depositada en el museo aguileño, donde se va a restaurar y quedará expuesta, según recoge el acta firmada por el director del centro y por el presidente de AVA. Junto a numerosos miembros de la agrupación vecinal y medios de comunicación, estuvieron presentes los dos ediles del grupo municipal de Izquierda Unida-Los Verdes y el portavoz del Grupo Municipal Socialista. Sorprendentemente, no acudió la edil de Cultura, ni miembro alguno del Equipo de Gobierno del PP.

El presidente de AVA, Alberto F. Giordano, agradeció el interés mostrado por el director del Museo y su intención de restaurar la pieza, resaltando la excelente respuesta vecinal a la campaña “lo que nos ha puesto sobre la pista de otras ánforas e incluso de manifestaciones que corroboran la existencia de un abundante tráfico ilegal y mercado negro de piezas arqueológicas, que debería ser investigado por la autoridad competente”. Giordano resaltó la labor de asesoramiento prestada por el Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográfica, de la Universidad de Murcia, e hizo hincapié en el reconocimiento de AVA al profesor Sebastián Ramallo, catedrático de Arqueología de la UMU, “así como la valiosa ayuda prestada por Alejandro Quevedo, arqueólogo e investigador del Ministerio de Ciencia e Innovación, y por el Centro Arqueología Mediterránea “Camille Jullian”, de la Universidad francesa de Provenze, encargado de realizar los análisis de arcillas del ánfora”.

Uno de los momentos más emotivos del acto fue el del agradecimiento de la Agrupación Vecinal al vecino dueño del ánfora, que no dudó en entregarla nada más tener conocimiento de la campaña iniciada por AVA. “Esta persona ha dado todo un ejemplo de conciencia cívica, de responsabilidad ciudadana y de respeto al patrimonio cultural aguileño, al haber hecho posible la recuperación y catalogación de un ánfora que él creía carente de valor pero que en realidad tiene una enorme importancia como joya arqueológica de la historia de Águilas”, señaló Giordano. Al ser preguntado al respecto, el propio vecino manifestó que “este ánfora y otras más estaban en el patio de la casa de una persona que era y es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Águilas. Al decirme que iban a ser destruidas, le pedí que me regalara una”. También otro vecino hizo uso de la palabra para asegurar que a la persona referida él a su vez le había entregado en cierta ocasión varias ánforas que eran de su propiedad “porque me las pidió diciéndome que serían para el Museo, pero jamás he vuelto a saber nada de ellas”.

El ánfora recuperada por AVA, con un peso de 16 kilos e incrustaciones marinas en su interior, fue entregada hace varias semanas a la Agrupación Vecinal, que ha costeado los gastos de transporte para conseguir autentificarla. Aunque la pieza está incompleta, ya que faltan las partes más importantes para adscribirla tipológicamente, como la boca, el cuello, las asas y el ápice o base, los expertos consultados aseguran que se trata de un ánfora asimilable al tipo ‘Dressel 12’, que pudo fabricarse en alfares de la Bética (sur de la Hispania romana), posiblemente en un taller costero o cercano al litoral al ser un envase preparado para el transporte de salazones de pescado.

Por las concreciones marinas que tiene se deduce su procedencia subacuática, muy probablemente de un pecio (barco hundido) en la costa de Águilas, aunque aún no se sabe su localización exacta. Si el pecio estuviera próximo al litoral, el ánfora fue objeto de importación de la propia Águilas romana; pero si la pieza se ha obtenido en la pesca de arrastre, que se realiza lejos de la costa, pudo ir destinada a cualquier ciudad mediterránea, habiéndose producido en alta mar el naufragio de la embarcación que la transportaba. Sí se conoce históricamente su época de circulación: estas ánforas se usaron entre mediados del siglo I antes de Cristo y mediados del siglo I después de Cristo.

Dada su importancia, una mínima muestra del ánfora ha sido enviada al Centro ‘Camille Jullian’ de Arqueología Mediterránea, perteneciente a la Universidad de Provenze (Francia), para ser sometida a un análisis de arcillas que permita documentar su antigüedad con exactitud.

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