Un resultado, que ha podido hacer justicia a los méritos de los visitantes para conseguir la victoria, una plantilla joven que puso entre las cuerdas al Águilas, haciéndolo patinar durante el encuentro. Los locales, comenzaron fuertes pero se fueron desinflando mientras pasaban los minutos. Los minutos finales despertaron, aunque ya tarde para conseguir el empate. El colegiado, muy riguroso, dejo mucho que desear y perjudicó bastante en el partido, algo que reconoció tras la finalización.
Los aguileños, salieron desde el primer momento con la idea de buscar la portería rival, tanto ha sido así, que a los cuarenta segundos, Carrasco obtuvo la primera ocasión del partido, en un centro de Javi Méndez desde la derecha. El conjunto de Casuco ha seguido en la línea de atacar llegando en más de una ocasión a la portería rival pero sin éxito, contando la primera de Andrés Carrasco, un balón al palo de Xavi y un disparo de Perico que atrapó en dos ocasiones Héctor.
Tras el paso por vestuarios, los aguileños estuvieron desconocidos, mientras que el colegiado no sabía qué hacer. Mara, en una jugada individual, cae solo dentro del área, mientras que el balón cae a los pies de Carrasco para batir al portero visitante. El colegiado pita penalti por la caída de Mara solo dentro del área, mientras que los jugadores murcianos protestan. Finalmente, el penalti fue anulado cuando el línea indicaba al árbitro, que el jugador aguileño cayó solo pitando bote neutral. Lo que si queda claro es la decisión del línea, que estuvo bien por anular el penalti, lo que no quedaba claro, fue que el colegiado realizara un bote neutral, cuando Carrasco disparaba a gol.
Instantes después de esa jugada, los visitantes se adelantaban en el marcador, con un gran tiro cruzado de Niko instalando en el marcador el cero a uno.
Cuatro minutos después de la jugada del gol, el colegiado Gil Gallego, se inventaba un penalti a favor de los murcianos. Salinas se giraba bruscamente dentro del área cayendo al suelo tras golpear en el cuerpo del defensor aguileño. El propio Salinas, transformaba la pena máxima.
Los blanquiazules, intentaban acortar distancias en el marcador, pero una gran defensa plantada en El Rubial, negaba el acceso al área.
Finalmente, en el descuento, Joaquín lograba el definitivo uno a dos en el marcador. Antes de finalizar el encuentro, los locales pretendían lanzar un córner a favor, mientras que el árbitro pitaba el final del partido sin dejar sacar el saque de esquina.
